Sus mensajes eran tan fríos que poco a poco congelaba mi corazón obteniendo como consecuencia de ello, lágrimas sinceras llenas de sentimientos cayendo por mis mejillas.
Cada texto era equivalente a una noche desnudo o con poca ropa en Alaska, Noruega o sitios donde abunde un clima muy frío.
Rompían mi alma, pero se sanaban inmediatamente con el saber que estamos juntos, y que el amor que siento es honesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario